El conservador jefe del museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, Guillermo Solana, afirmó hoy que han empezado a recuperar la relación perdida hace ochos años entre la pinacoteca y la fotografía y que su intención es potenciar esta faceta del arte en las exposiciones de los próximos años.
Solana hizo esta afirmación durante su participación en los cursos de verano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Logroño, en la que impartió una conferencia titulada ‘La recuperación de las convenciones pictóricas en la fotografía’.El responsable artístico del museo, que accedió a este cargo en septiembre del pasado año, destacó que esta relación se perdió a raíz de que el museo acogiese una muestra del primer certamen de PhotoEspaña, que no agradó al barón Thyssen, quien creía que este centro artístico debía estar únicamente dedicado a la pintura.
‘Ahora se han salvado los recelos de la baronesa y en los próximos años veremos exposiciones fotográficas en paralelo a las de pintura, que seguirán siendo el objeto principal del museo’, afirmó Solana.
El crítico de arte y profesor de la Universidad Autónoma recordó que en las colecciones del museo Thyssen-Bornemisza no hay ni una sola instantánea y que históricamente el museo había acogido dos muestras fotográficas.
Una entre 1995 y 1996 del fotógrafo valenciano Gabriel Cualladó y una última de Alberto Schommer, en el verano de 1998.
Esta etapa de ausencia se ha truncado recientemente con la muestra fotográfica de bosques del artista coreano Bae Bien-U, que podrá verse hasta el 23 de julio dentro Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales PhotoEspaña.
‘Quiero que a partir de este año el museo Thyssen siga unido a PhotoEspaña y traer tanto fotógrafos históricos como de última actualidad. Bae Bien-U nos interesaba porque Corea es el próximo país invitado de la feria Arco y esto ha sido la primera toma de tierra de ese país, con el que hemos establecido contactos’, dijo.
Solana recordó que entre un público no entendido la fotografía ha sido un arte menor hasta hace poco, pero que esta percepción ha variado en los últimos años y ahora puede decirse que se encuentra ‘inmejorablemente situado’ entre las bellas artes.
El responsable artístico del museo Thyssen-Bornemisza recordó que a principios del siglo XX la fotografía buscó un lenguaje específico de expresión ‘en gran parte contra la pintura’.
‘Pero una vez que triunfó como arte y que adquirió mayor importancia que la pintura entre las artes visuales, la fotografía puede dejarse influir e invadir por la vieja pintura y entonces retorna al concepto clásico de cuadro, a las viejas poses y a todos los recursos compositivos del renacimiento al simbolismo del XIX’, dijo.
Solana destacó que la digitalización de la fotografía es quizás lo que más la ha acercado a la pintura y que eso era imposible hace unos años, cuando había que acudir al repertorio técnico tradicional, a base del revelado.
‘Hoy es raro encontrar un fotógrafo de menos de cuarenta años en el que no tenga una presencia la manipulación digital’, dijo.