Con los televisores planos pugnando por convertirse en el regalo estrella de la temporada, las cámaras digitales aún pueden presumir de sustantivo protagonismo en los escaparates navideños. Los centenares de modelos y la ingente variedad de precios y características hacen que, antes de echar mano a la tarjeta de crédito, sea indispensable invertir unos minutos de reflexión y aclarar ciertas nociones. |
Iker Morán.- Más de 150 nuevos modelos -contando únicamente las marcas más representativas del sector- se han sumado al catálogo fotográfico durante este 2006 que ya enfila su recta final. Si a esto le sumamos una horquilla de precios que va desde algo más de 100 euros a varios miles, es evidente que no basta con preguntarse qué cámara comprar o regalar. Hay que afinar un poco más, y precisamente a eso vamos.Un buen comienzo podría ser delimitar las preferencias del futuro usuario de la cámara y -sobre todo- el presupuesto disponible. Sólo con plantearse estas dos preguntas, podemos ir cerrando el arco de posibilidades y quedarnos, finalmente, frente a menos de una decena de modelos entre los que será mucho más sencillo escoger.
De todos modos, por muchos consejos técnicos y recomendaciones de compra que se hayan escuchado, la decisión final será, muchas veces, una cuestión de última hora. Un detalle en el diseño de la cámara, la disponibilidad de uno u otro color, una oferta especial o la preferencia por una marca pueden ser los responsables de inclinar la balanza hacia uno u otro modelo. Más por menos Esta sencilla ecuación permite resumir la tendencia del mercado fotográfico compacto y réflex durante el último año. Los modelos ofrecen, en general, más de todo -resolución, sensibilidad, pantalla, estabilización- a cambio de unos precios que se han mantenido o incluso siguen bajando. Tras este mensaje triunfalista de las compañías, hay ciertos preceptos que no estaría de más tener en cuenta antes de ponerse manos a la obra y elegir una cámara. No dejarse llevar por la guerra de la resolución es un buen comienzo. Aunque es inevitable -pocos modelos quedan por debajo de los 6 megapíxeles-, hay que dejar bien claro que con más megapíxeles podremos hacer copias más grandes, pero no obtendremos necesariamente más calidad. Aclarada -una vez más- esta idea, la caducidad del producto es otro tema a tener en cuenta y con el que es mejor no obsesionarse. Aunque sea uno de los clásicos tecnológicos, esperar a que llegue algo mejor y más barato puede ser una estrategia peligrosa para nuestra salud mental, puesto que casi siempre nuestra cámara se verá superada por otro modelo.
Sin embargo, la madurez del mercado y de los precios, tanto en compactas como en réflex, hace que ya no merezca la pena seguir esperando y que estas fechas sean tan buenas como otras para dar, por fin, el salto a la fotografía digital o renovar aquel primer modelo que nos compramos. Si conseguimos superar este tema sin traumas, es posible que incluso podamos encontrar algún modelo teóricamente caducado -apenas un año- que siga siendo perfectamente vigente y cuyo precio resulte realmente atractivo. A partir de este punto, y dando por hecho que el futuro comprador ya ha reflexionado sobre sus pretensiones y ha revisado las especificaciones de algunas cámaras y las opiniones sobre las mismas de los usuarios de QUESABESDE.COM, acercarse al escaparate será mucho más sencillo. Hasta 200 euros Aunque hace poco pareciera impensable, en el mercado digital también hay vida por debajo de los dos centenares de euros. De hecho, entre 100 y 200 euros hay unos cuantos modelos que pueden ser interesantes a la hora de regalar -o regalarse- la primera cámara digital. Modestos y extremadamente sencillos de utilizar, la resolución y la pantalla ya no son incompatibles con un precio ajustado. Ópticas sin demasiado zoom y un buen listado de automatismos pueden resultar perfectos para los usuarios que se acercan a la fotografía de forma más puntual.
6 megapíxeles, zoom óptico de 3 aumentos, un diseño bastante cuadriculado -aunque con notables diferencias de tamaño- y precio interesante son señas de identidad comunes a modelos como las Nikon Coolpix L6 (o las anteriores L2, L3 y L4, aún más baratas), la Fujifilm FinePix A700, la Pentax Optio E20 o la Cyber-shot DSC-S500 de Sony. La oferta, en realidad, es muy amplia e incluye modelos de todas las marcas. Casio propone su estilizada Exilim EX-Z60 -o, por un poco más, la más nueva Z70, con 7 megapíxeles- y Kodak hace lo propio con la EasyShare C743, también de 7 megapíxeles y lanzada este pasado agosto. Sanyo, por su parte, tiene en la Xacti DSC-S7 su baluarte en este apartado.
Aunque resulta difícil destacar algún modelo entre esta amalgama de nombres, las opciones manuales de las Canon Powershot A530 y A540 suelen ser un acierto seguro. Igualmente la Olympus FE-190 ofrece un diseño bastante cuidado para su precio, y la Panasonic Lumix DMC-FX3 (en torno a los 200 euros) incluso se atreve con la estabilización óptica de la imagen. ¿Más resolución? Sí, pese a las advertencias, estamos decididos a sucumbir a los cantos de sirena de los 10 megapíxeles. Y aquí tampoco faltan opciones. Por citar sólo algunos de los modelos más recientes, la PowerShot A640, la Olympus µ 1000, la Pentax Optio A20, la panorámica Lumix DMC-LX2 de Panasonic, la Exilim EX-Z1000 de Casio o la HP Photosmart R967 ya engordan una lista que no para de crecer.
Pero, puestos a elegir virguerías tecnológicas -más útiles y divertidas, por cierto, que la decena de megapíxeles-, las pantallas táctiles o la conexión inalámbrica pueden ser un buen objetivo. Dos campos relativamente novedosos, pero que poco a poco van extendiéndose.
Los monitores con manejo táctil están presentes en modelos como la Pentax Optio T20 o las más recientes Sony Cyber-shot DSC-T50 y N2. Respecto a la conectividad, las opciones se limitan al Bluetooth de la Kodak EasyShare V570 -con dos objetivos y un espectacular angular de 23 milímetros- o el Wi-Fi que Nikon propone en sus Coolpix S7c o P3, ambas con estabilizador óptico.
También son curiosas las denominadas cámaras todoterreno, como la Olympus µ 725 SW, resistente al agua y las caídas.
Menos comercial, aunque de suma importancia, es el tema de la sensibilidad de la cámara para poder disparar en entornos oscuros sin necesidad de flash y sin que el molesto ruido estropee la fotografía.
Aunque la tendencia general en este campo consiste en popularizar el valor de 800 ISO -o incluso más- la conocida FinePix F30 Zoom merece una mención aparte. Sus 3200 ISO y los resultados que ha demostrado la convierten en una opción de primera para los más noctámbulos. Diseño para sibaritas Sobre el aspecto externo de la cámara recae un alto porcentaje de la decisión en el momento de la compra. Superada la etapa de modelos cuadrados y poco atractivos, y popularizadas las pantallas de 2,5 y 3 pulgadas y las líneas extraplanas, no es complicado hacerse con un modelo que atraiga todas las miradas o que pueda esconderse en el bolsillo.
La nueva saga NV de Samsung merece encabezar el listado, con modelos como la polifacética NV3 o la avanzada NV7 OPS, dotada de estabilizador mecánico.
Referencia obligada en este punto son también las Digital IXUS de Canon, que han sumado a su amplio catálogo los 10 megapíxeles de la elegante 900 Ti o la primera de la serie con estabilizador en la óptica, la 850 IS. Más divertida, asequible y colorista es la i7 zoom.
La Casio Exilim EX-S770 o la Kodak EasyShare V610 tampoco pueden faltar al hablar de las ultracompactas de diseño. Un segmento en el que es posible encontrar clásicos como la Pentax Optio S7 o la Olympus µ 810. También podrían acogerse a este grupo la mayoría de los modelos con pantalla táctil que ya hemos citado antes, o la Coolpix S9, que por algo más de 200 euros es una opción muy atractiva.
Si nuestra inclinación por el diseño va más hacia la vertiente retro que hacia la reducción de tamaño y disponemos de un presupuesto amplio, la Ricoh GR Digital es un modelo pensado para fotógrafos con cierto bagaje. En la misma línea de opciones avanzadas y guiños a las formas del pasado, la nueva PowerShot G7 de Canon es una de las compactas más buscadas ahora mismo. Hasta el infinito y más allá El alcance del objetivo es otro de los puntos más recurrentes a la hora de buscar una compacta. Partiendo de un básico zoom de 3 aumentos, las opciones de 5x son bastante amplias y asequibles, mientras que los que quieren ir más allá -a partir de 10 aumentos- se encontrarán con una oferta más limitada.
El estabilizador, eso sí, se ha generalizado este año para alcanzar no sólo a los modelos de zoom más prominente, sino incluso a compactas de escaso rango focal.
Si queremos un objetivo potente sin sacrificar por ello el tamaño de la cámara, la opción es clara: tanto la Nikon Coolpix S10, con un interesante diseño de cuerpo partido, como la Panasonic Lumix DMC-TZ1 ofrecen un zoom óptico de 10x con estabilizador. El siguiente peldaño está en las llamadas compactas de tipo SLR. Careciendo de óptica intercambiable, ofrecen la mayoría de las prestaciones de una réflex digital sin por ello tener que cargar con una bolsa de objetivos y un cuerpo pesado.
No obstante, hay que reconocer que su calidad no está a la altura de las SLR -el tamaño del sensor manda- y que la bajada de precios de estas últimas está dejando a este segmento en una posición complicada.
Pese a todo, las Cyber-shot DSC-H2 y H5, la Kodak EasyShare P712 -o las más asequibles EasyShare Z- y, cómo no, la Lumix DMC-FZ50 ofrecen, por un precio que va desde los 300 a los 600 euros, objetivos de focales interminables, absoluto control manual y, en algunos casos, posibilidad de trabajar en RAW. La Canon PowerShot S3 IS no incluye esta última prestación, aunque sí presume de un zoom de 12 aumentos estabilizado.
No pueden faltar en esta lista las FinePix S9600 Zoom y S6500fd, ambas con objetivos de 10,7 aumentos ópticos y las consabidas virtudes del sensor SuperCCD HR. Esta última, además, presume de la nueva tecnología de detección facial de Fujifilm.
Tan importante como el teleobjetivo de la cámara es su focal más angular. Un dato que poco a poco va extendiéndose, pero que sigue sin cuajar del todo. Encabeza la lista la Kodak EasyShare V705, con sus 23 milímetros y una peculiar configuración de dos objetivos.
Ricoh hace tiempo que viene apostando por esta línea, con modelos como la Caplio R5, con un objetivo de 28-200 milímetros estabilizado. Lo mismo ocurre con Panasonic, cuya oferta en este campo pasa por compactas tan atractivas como la Lumix DMC-FX50, con un objetivo de 28-102 milímetros, 3 pulgadas de pantalla y estabilizador Mega O.I.S., o la más asequible Lumix DMC-FX07. Saltar al mundo SLR Ya hace tiempo que las otrora inalcanzables réflex digitales lucen palmito en los escaparates con precios cada vez más asequibles. El salto al mundo de las ópticas intercambiables desde una compacta o una SLR de película es, por tanto, más sencillo y económico que nunca. La entrada de nuevas marcas y la aparición de modelos especialmente asequibles así lo han permitido.
La Nikon D40 es, hoy por hoy, el ejemplo más claro de esta política. Lanzada para coincidir con la campaña navideña, por 600 euros es posible hacerse con un cuerpo y un objetivo especialmente pensados para los aficionados.
Siguiendo la línea temporal, la E-400 de Olympus ofrece por unos 1.000 euros un kit con la SLR y las dos ópticas más pequeñas y ligeras del actual catálogo réflex. 10 megapíxeles y sistema Cuatro Tercios para andar ligeros de equipaje.
La Canon EOS 400D también aparece en el listado de las cámaras asequibles, con unas prestaciones que, por primera vez en la oferta de la compañía, incluyen la limpieza de sensor. Tampoco hay que olvidarse de Pentax, que en esta misma línea económica dispone de la K110D y de la estabilizada K100D.
Si, puestos a invertir, queremos colocarnos en torno a los 1.000 euros, el mercado se pone muy interesante. La completa Alpha A100 ha supuesto el estreno de Sony en el catálogo réflex, mientras que la recién llegada K10D de Pentax está despertando mucho interés.
La Nikon D80, por su parte, supone una apuesta segura gracias a su excelente relación calidad-precio, mientras que la Canon EOS 30D ya guiña un ojo a los semiprofesionales. Todo es cuestión de monturas, aunque si lo que echamos de menos es la previsualización en pantalla, la E-330 de Olympus o la más elitista Lumix DMC-L1 de Panasonic son, sin duda, las réflex indicadas. Más que cámaras Disponer de un equipo fotográfico no supone necesariamente renunciar a las compras navideñas relacionadas de uno u otro modo con la fotografía. Más allá de la cámara, existe el mercado un buen número de accesorios susceptibles de convertirse en un buen regalo. Fundas, bolsas de transporte, tarjetas de memoria y sus correspondientes lectores son complementos obligados. A partir de aquí, las opciones son tan variadas como los gustos o aficiones del fotógrafo de turno, aunque si se dispone de un cuerpo SLR, los flashes externos o las ópticas intercambiables son siempre una opción apetecible. Tampoco hay que olvidar la extensa gama de impresoras especialmente pensadas para la fotografía, que van desde los dispositivos compactos capaces de realizar en pocos segundos copias de 10 x 15 centímetros, hasta los modelos de inyección de tinta y formatos más variados.
Siguiendo con la línea de accesorios, una de las apuestas más novedosas es el GPS-C1 de Sony. Acompañado de una cámara digital, permite al usuario almacenar información sobre las coordenadas donde ha sido tomada una foto, para luego posicionarla automáticamente en un mapa. Como regalo original y ciertamente asequible, las amplias posibilidades que ofrece el revelado digital -desde la personalización de objetos hasta pósteres de gran tamaño- o los álbumes digitales también deberían ser una opción a tener en cuenta. |
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