La fotógrafa acudió ayer hasta Málaga para participar en la séptima y última conferencia de 'Mujer, arte y sociedad en el siglo XX'
La prudencia y la humildad que destaca a los grandes le hacen decir de ella misma que es una mala comunicadora. Quizás por ello, Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) eligió la fotografía para expresar todo lo que tenía y quería decir. Gracias a un premio que ganó en el instituto se pudo comprar su primera cámara, un artículo sencillo que le hizo dar sus pasos noveles tras el objetivo. Desde entonces, García Rodero se ha colocado entre las cinco fotógrafas más importantes del mundo. La artista ha podido hacer un hueco en su apretada agenda para cerrar el ciclo de conferencias Mujer, arte y sociedad en el siglo XX. Ayer, el Centro Cultural Provincial se rindió al realismo poético de sus imágenes, instantáneas que hablaron por ella.
Dijo ayer García Rodero que su vinculación con Málaga se remonta a cuando ella tenía 8 años. Con su familia veraneaba en Pedregalejo hasta que sus proyectos se hicieron tan numerosos que se lo impidieron. Desde su juventud, compaginó su arte con el magisterio, por ello, "entre profesores me siento como en familia y si hay algo que yo intento enseñar es el amor por la fotografía y por el trabajo", señaló.
"Me cuesta subirme a una mesa como ésta y expresarme con la palabra, por ello, busqué otros recursos", aseguró García Rodero. Entonces encontró la fotografía como vehículo para expresar su pasión por otras culturas, por conocer y poder contar aquellas cosas de las que era testigo a través de la lente. Ahora ya cuenta con 35 años de carrera profesional. "El trabajo que me convirtió en reportera fue España oculta, una serie con la que intenté plasmar la riqueza cultural popular, la sabiduría del pueblo que, a veces, es mal traducida como ignorancia", afirmó la fotógrafa. Desde finales de 1973 hasta 1989, García Rodero se recorrió la gran mayoría de los pueblos españoles para plasmar sus ritos religiosos y populares en sus negativos. Después de que un editor reuniese estas instantáneas, que destilan realismo pero que tienen también una fuerte carga poética, en un libro, la artista continuó con nuevos trabajos.
Con Médicos sin Fronteras hizo un monográfico de Sarajevo y volvió a la cultura popular con Entre el cielo y la tierra, serie destinada a los festivales de música, arte y erotismo, algo que la autora considera como las peregrinaciones de hoy. También ha trabajado en Haití y sus piezas se encuentran en las grandes colecciones y museos del mundo. Ha sido reconocida con el Premio Nacional de Fotografía y, el pasado año, con la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Además, ha representado a España en la prestigiosa Bienal de Venecia y ha ingresado en la Agencia Magnum.
"Cristina García Rodero ha creado un lenguaje visual propio, ha roto distancias y fronteras uniendo culturas y personas", comentó María Jesús Bernal en la presentación del acto. "En su arte siempre ha dejado su impronta de dualidad, una lucha entre la vida y la muerte, lo humano y lo divino, el cuerpo y el alma", añadió Bernal.
Las fotografías de España oculta que se mostraron acompañadas por la música de Falla y que arrancaron alguna risa cómplice entre el público pusieron el broche de oro a este ciclo de conferencias de cuyo éxito se enorgulleció el diputado de Cultura Fernando Centeno. "Ya estamos preparando una segunda entrega", aseguró.