Objetivos cargados de impacto

 

Objetivos cargados  de impacto
De las 209 fotografías, el primer premio fue para ‘Vida en el vertedero’. / VICENTE PEIRÓ

Las razones que mueven a organizar un concurso de fotografía ecológica son dos: por un lado, motivar el pensamiento del fotógrafo a la hora de captar la foto; por otro, hacer pensar a las personas que acuden a ver la exposición. De esta forma explica Pedro Nájera, de Ecologistas en Acción de La Rioja, los motivos por los que hace ya 15 años decidieron organizar un concurso nacional, con bases a nivel estatal, para lo que, reconoce, ha ayudado mucho la aparición de Internet. Considera que el hecho de introducir las bases en la red favorece la participación de personas que viven lejos, como en esta edición, en la que ha participado un argentino. «Desde la inclusión de la página, existe mucho más interés por el concurso y no hay límites espaciales», comenta.Según detalla, el concurso va dirigido a todo aquel aficionado a la fotografía. En total, se presentaron 72 fotógrafos, que podían presentar un máximo de cuatro obras. Llegaron 209. Pedro Nájera afirma que cada año el número de fotógrafos interesados en el concurso va incrementándose.

El jurado estuvo compuesto por cuatro personas: dos de ellos pertenecen a la asociación, otro miembro es del Ayuntamiento y el cuarto, fotógrafo profesional.

En la elección de la fotografía ganadora, Pedro subraya que en primer lugar se valora «el impacto» y en segundo lugar «la calidad de la obra», aunque tiene prioridad lo primero.

Al concurso se presenta gente de toda España. «Una curiosidad de esta edición es que Algeciras ha sido la ciudad que ha aportado un mayor número de participantes», indica el ecologista.

Los premiadosBajo el paraguas de la denuncia ecológica se reúnen temas tan dispares como la contaminación, el maltrato animal y la desigualdad entre las personas, como es el caso de la fotografía que ha recibido el primer premio: un vertedero de Kenia. En ella, a la vez que se queman basuras, niños y mayores buscan comida o algo para vender. Mientras tanto, un águila sobrevuela la zona. Y, al fondo, un poderoso humo negro que, incluso sin olerlo, se presiente amenazador. Así plasmó Vicente Peiró, de La Rioja, la ‘Vida en el vertedero’, por la que recibió una dotación económica de 600 euros.

En cuanto al resto de los trabajos galardonados, el segundo premio fue para Óscar Carrasco Ragel, de Algeciras, por su trabajo ‘Circo’. La imagen presenta un tigre encerrado en una jaula que observa a través de los barrotes. Fue premiada con 400 euros.

Tomás Martínez Ruiz, de Valencia, consiguió el Premio Especial, dotado con 300 euros, para la fotografía más original por su obra ‘Sin título’. Pedro destaca que ésta es una de las que más le ha llamado la atención. «En primer lugar por el sentido del humor que presenta, y luego, por lo que todos pensamos: el hombre echa pesticidas a sus propias lechugas, que al final se las va a comer él mismo. Ésta es la poca conciencia que tenemos muchas veces sobre la alimentación», agrega.

Por último, el Premio Especial en Blanco y Negro fue para César Ceniceros, de La Rioja, que recibió 500 euros. Su obra, ‘Quiero más… electricidad’, muestra la central térmica del término de Arrúbal, emitiendo gases de efecto invernadero.

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