«Soy una artista que fotografía y lucha por lo que la conmueve»

Referente estético de la movida madrileña y Premio Nacional de Fotografía, ahora prepara un proyecto en torno a la Cibeles para luchar contra la violencia domésticaQuizá el nombre de Bárbara Allende Gil de Biedma no le diga nada al gran público, aunque es el{mosimage} álter ego de una de las fotógrafas más prestigiosas y reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras: Ouka Leele. Referente estético de la movida madrileña de los ochenta, su personal modo de entender la creación, sus imágenes coloreadas, sus composiciones de estudio de una sensibilidad que escapa del territorio de las palabras, le fueron finalmente reconocidas con el Premio Nacional de Fotografía, del que dice que supuso un cambio en su vida: «Me pilló comiendo lentejas con mi hija. Ahora la gente me mira como si yo brillara». Pero Ouka Leele es más que una artista visual, que una fotógrafa que pinta instantáneas o que escribe. Es también una mujer que, como ella misma explica, «lucha por lo que la conmueve». Y una de sus últimas cruzadas es la violencia sexista, contra la que lucha en todos los frentes.

-Si tuviera que definirse, ¿qué diría? -Las definiciones no son los que más me gusta. Te puedes presentar como madre de una hija, como artista, como persona que le gustaría ser salvaje y vivir en la naturaleza, pero creo que lo que la gente conoce de mí es lo que hago bajo el seudónimo de Ouka Leele. Y como Ouka Leele soy una artista, que fotografía, pinta las fotografías, escribe e intenta luchar por las causas que la conmueven.

-Sus modo de tratar la imagen es inconfundible. ¿Cómo comenzó?

-Empecé pintando de pequeña, porque en casa y en el cole te dicen que lo haces bien. Casi tienes la vocación asegurada desde niña. Pinto las fotografías porque la cámara captura las imágenes de la realidad y yo, con la pintura, construyo las imágenes. Tiene algo de teatralidad, pero no hago montajes, sólo coloreo la copia en blanco y negro.

-¿Qué le falta por hacer en el mundo del arte?

-Cine, que me encanta. Me planteo hacer una película, pero no hacer cine, sólo como experimento, como enriquecimiento personal. Y también escribir una novela.

-Hablaba de causas que la conmueven…

-Sí. Ahora estoy en varios proyectos de denuncia de la violencia doméstica. Me preocupan las mujeres, pero especialmente los niños, porque ellos no tienen voz. Estoy escribiendo un libro de poemas contra los malos tratos. Sobre todo me vienen a la cabeza los niños… Estoy buscándole un buen título. Me gustaría que todas las mujeres llevaran el libro en la mano, en el bolso, junto al pecho… que sepan que somos hermanas, que no estamos solas. También colaboro con Fotógrafos Mundi en una exposición itinerante para recaudar fondos para el centro que dirige Ana María Pérez del Campo. Hasta el 1 de julio estará en Cuenca.

-Y también acaba de recibir la autorización del alcalde de Madrid para otro proyecto relacionado, ¿no?

-Sí. Es una idea ambiciosa, porque se desarrollará en la plaza de Cibeles. Hombres y mujeres, aún no sé el número, pero será multitudinario, vestidos de negro y rojo respectivamente, escenificarán a través de una coreografía el final de la violencia sexista, encarnado en el nacimiento de los niños. Todo filmado con cuatro cámaras montadas hacia el exterior en la fuente de Cibeles. Estoy muy ilusionada, espero mucha participación, porque no puede haber paz si estás mamando violencia en casa, y encima esta sociedad no cree a las víctimas. Hay que decirlo.