Interesante artículo publicado en Caborian;
Bruno Abarca 6 de noviembre de 2008
Es hora de ver las cosas desde un prisma diferente. Todos los fabricantes y marcas vinculadas a la fotografía renuevan continuamente sus modelos de cámaras, objetivos y accesorios, nos atraen con suculentas ofertas y llamativas campañas de marketing, y consiguen que a menudo nos planteemos ¿y si cambio de cámara?
Sea por necesidad o porque te quieras permitir un capricho, estoy seguro de que no te costará encontrar argumentos a favor de renovar tu réflex, ni necesitarás ayuda al respecto: nuevas prestaciones, errores corregidos y, sobre todo, unas ganas terribles de tener en las manos la última cámara, presentada recientemente, cuyas características te sabes ya de memoria, ¡de tanto leerlas en Xataka Foto!
Pero claro, para encontrar los argumentos en contra hace falta algo de sangre fría, e incluso que alguien te ayude a contemplar esas cosas que no habías pensado… ¡A ello vamos!
1. ¿Tan indispensables son las nuevas prestaciones?
Cartier-Bresson nunca necesitó la detección de sonrisas para convertirse en un gran fotógrafo. Y hasta hace poco, a nadie se le ocurrió pensar que necesitara la previsualización en pantalla para nada (ni siquiera para hacer fotografía macro). Rara vez usarás ISOs superiores a 1600, y aún en ocasiones más raras imprimirás copias de esas fotos a más de 20cm de ancho. Probablemente seas incapaz de diferenciar si el visor tiene cobertura del 95% o del 98%, y no notes mucha diferencia entre un LCD de 2,5″ y uno de 3″. Además, tal vez termines usando JPGs que no permiten diferenciar 12 bits de 14 bits, no uses diferentes puntos de enfoque, y no tengas objetivos lo suficientemente rápidos como para notar diferencias en su velocidad de enfoque.
Todas estas son golosas prestaciones que pueden ser de ayuda y que, en las manos apropiadas, pueden convertirse en útiles herramientas, sin duda. Pero, ¿para todos por igual? No. Según cada fotógrafo, una prestación puede ser más o menos útil, y puede ser suficiente para justificar un cambio de cámara o quedar olvidada en los menús de la cámara en tan solo una semana. Avanzar de una compacta a una réflex es un paso de gigante. Sin embargo, avanzar de una réflex a otra tal vez no sea tan significativo.
2. ¿Harás mejores fotos con la nueva cámara?
No voy a sacar el viejo argumento de «con una caja de zapatos y un pequeño agujerito se hacen fotos maravillosas» porque, sinceramente, sí estoy seguro de que harías mejores fotos si cambiaras de cámara. Pero ojo, esto probablemente no se deberá a la previsualización en pantalla, ni a los nuevos megapíxeles, ni siquiera a la detección de sonrisas (¡cielos!). Seguramente, si cambias de cámara harás mejores fotos porque cuando salgas a hacerlas irás con nueva motivación y una predisposición a conseguir buenos resultados. Es realmente poca la gente que necesita una prestación específica para hacer mejores fotografías.
¡En serio! tal vez no sea mala idea seguir con la cámara actual y buscar la inspiración en otras cosas. ¿Una excursión por paisajes impresionantes? ¿Comenzar a hacer algún tipo de fotografía que no hayas practicado antes? ¿Revisitar sitios conocidos cuando la luz sea especial?
3. ¿Cómo se te puede haber quedado pequeña tu cámara?
Venga, dime 3 fotografías que no puedas hacer por las limitaciones de tu cámara. Ahora dime 3 fotografías que tu cámara no pueda hacer por limitaciones tuyas. De verdad, trata de pensarlo.
4. ¿Vas a dejar que tu cámara se lleve más mérito que tú?
Si haces grandes fotos con una cámara que tenga ya dos o tres años, la gente dirá «¿ves? no hace falta una cámara modernísima para hacer obras de arte». Pero como tengas un último modelo todos dirán «bueno, pero es que con esa cámara seguro que cualquiera puede hacer buenas fotos…». «¡¿Cómo que cualquiera?! ¡Qué la foto la he hecho yo!».
Posiblemente esto no condicione tu decisión, pero me apostaría cualquier cosa a que esas frases las has escuchado (o pronunciado) más de una vez…
5. ¡Una cámara no es un gadget más!
A los aficionados nos intentan convencer de que una cámara de fotos es un capricho tecnológico más, y que al poco tiempo quedará desfasada. Pero no tiene por qué ser así. El obturador de una réflex digital actual tiene una vida útil de entre 50.000 y 100.000 disparos. ¡Eso son 2.000 carretes de película de 36 fotos!
¿Ha muerto el romanticismo? Para grandes fotógrafos, sus cámaras llegaron a tener un gran valor sentimental. Los tiempos han cambiado y lo más probable es que ahora renovemos nuestras cámaras mucho más a menudo, pero ¿no es así mucho más frío?
6. ¿Sustituir o complementar?
¿Has pensado que tal vez sea mejor complementar tu réflex con una compacta que sustituir tu réflex actual por otra más moderna? Piensa si ha habido momentos en que no has hecho la fotografía de tu vida, no por no ser tu máquina capaz, sino por no querer cargar con ella a cuestas. Una discreta cámara compacta puede ser un complemento ideal para tu cámara actual y, a la larga, tal vez una gran inversión.
7. ¿Y si inviertes ese dinero en un objetivo de focal interesante?
¿Has probado alguna vez un gran angular extremo? ¿Y un ojo de pez? ¿Y un objetivo con aperturas de f1.8 o f1.4? ¿Y un teleobjetivo? Tener un buen arsenal de objetivos con los que acompañar tu cámara, no sólo te permite obtener imágenes de calidad, sino que además te abre nuevas posibilidades creativas en campos que tal vez aún no hayas explorado.
8. ¿Y si te permites hacer un viaje?
La fotografía de viajes es de las más estimulantes para el fotógrafo aficionado, e incluso para el profesional que quiere desconectar un tiempo de las bodas y los partidos de fútbol. ¡Pocas cosas renuevan mejor la inspiración fotográfica que un buen viaje por lugares que te llamen la atención!
Una de dos. O renuevas tu cámara para seguir haciendo las mismas fotos que hasta ahora, con pequeñas mejoras, o usas tu cámara actual para hacer fotos más interesantes y diferentes, de las que te sientas orgulloso, que te guste volver a revisar de vez en cuando, y que encima te sirvan de motivación para encontrar motivos fotográficos de interés en tu entorno. La cosa cambia si te puedes permitir ambas cosas, claro…
9. La cámara que deseas costará un 30% menos dentro de un año.
El mercado manda. Es por eso que una cámara recién lanzada hace escasos meses tiene hoy un precio que bajará sustancialmente con el tiempo. Más adelante, cuando el precio deje de ser competitivo, seguro que los fabricantes proponen promociones y descuentos. Y más adelante, al terminar estas promociones, seguro que ya hay una sustituta que te llame más la atención que el modelo anterior.
Una locura, ¿verdad?. Es cierto que uno no puede estar esperando eternamente, porque entonces nunca se compraría la cámara. Pero también es cierto que, una vez elegido el modelo que ofrece las prestaciones que te interesan, es conveniente esperar a comprarla al momento en que esté al mejor precio. Si estás en Febrero y hasta Julio no tienes vacaciones ni tiempo libre para salir a hacer fotos, tal vez te merezca la pena esperar esos 4 meses a que baje un poco el precio y, de paso, a estirar un poco más la garantía.
10. Consume con responsabilidad. ¿Capricho o necesidad?
Nuestra sociedad tiene un ritmo de consumo que no es sostenible. Consumir sin responsabilidad tiene consecuencias medioambientales y socioeconómicas para todos. Es por eso que, si puedes permitirte seguir con tu cámara actual un poco más, le estarás haciendo un favor a muchos. Tu dinero es tuyo. Pero tu conciencia también. Usa ambas.
En cualquier caso, si finalmente te decides a comprar un nuevo modelo, plantéate vender de segunda mano tu cámara «antigua», para generar menos residuos, y de paso permitir que esa cámara que tantos buenos momentos te ha dado, pase a otras manos que la puedan seguir aprovechando. ! Sería una forma fantástica de acercar esta maravillosa afición a gente que no puede permitirse comprar un modelo nuevo!
Los argumentos a favor estaban claros. Ahora tal vez hemos equilibrado la balanza, lo que nos servirá para tomar la mejor decisión. Complicado, ¿eh?
un gran artículo. comparto todos los puntos
En este articulo esplica lo que tantos pensamos, la camara es el objeto herramienta, la fotografçia la hace el que esta al otro lado del ocular.
Existe el «tipico» compañero que cambia de camara cada dos por tres y te lo restriega por que tu tienes una de hace varios años.
Que necesidad tienes¡¡¡, y el contesta: «que esta tiene patatin y hace patatan» pero luego en realidad hace las mismas fotos, las mismas mediciones y el mismo encuadre.